Miércoles 28 de Agosto 2019


Nuevamente vino Anibal a mi mente, cada vez es con menos frecuencia, culpo al taller que me ha hecho recordar demasiado el pasado.
Contra mi voluntad, revisé su Facebook, hace un tiempo me desbloqueo (Fui bloqueada por su polola de ese entonces)
Miro sus fotos, se ve feliz, me molesta un poco, más me molesta ver que la persona que lo mantiene feliz no es “para nada bonita” (frase políticamente correcta para no ser despectiva), pero tiene lo que yo quiero tener.

Fue tan horrible lo que vivimos juntos, que indirectamente eso fue lo que nos separó. Una tía me dijo que las estadísticas dicen que pocas parejas se mantienen juntas luego de algo así.
Mi conclusión, él estaba tan acostumbrado a la “yo” divertida y que no calla nunca, que cuando todo esto me mantuvo en la tristeza por tanto tiempo, hubo otra que lo hizo reír, eso fue simplemente, yo viví el duelo de una forma más intensa, ya no reía y sentía que solo podía llorar a su lado, porque el entendía mi pena, dado que él también la estaba viviendo. Él lo superó más rápido y apareció ella (en el momento perfecto para ella y en el peor momento para mí) y lo hizo reír cuando yo deje de hacerlo y lo enamoró y se lo llevó.

Cuando estábamos juntos siempre decíamos, “si te atrae alguien más en algún momento, prefiero que me  lo digas antes que me engañes”, y eso hizo, cumplió el acuerdo, por eso no le guardo rencor.

Cuando se fue, me di cuenta de muchas cosas a las que había renunciado y restricciones que había aceptado para mantenerlo contento, todo el mundo me las reprochaba, “como aguantas” decían, yo, en mi burbuja, no lo notaba, era feliz, que importaba lo que pensarán los demás que era bueno para mí? Si  me celaba era porque me quería, pensaba yo.

“Todo pasa por algo” frase culia que odio y odiaré hasta que alguien me explique porque pasó todo lo que pasó, me rompió, nos rompió, destruyó todo.

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