Lunes 12 de Agosto 2019
Sigo pensando en mi vida en el Norte y lo que dejé…. Tantos
amigos que fueron y ya no son, amigos desde siempre y que aún mantengo y tengo
el propósito que sean para siempre.
Mi Leo, es mi mejor amigo, sabe tanto que si se enojara
conmigo tendría que matarlo. Sabe todo, con detalles que les oculto a todos los
demás. Existe la amistad entre un hombre y un mujer? SI, puedo decirlo, hasta
superamos un par de “eventos aislados” que tuvimos. Pasó, dejamos claro que no
volvería a pasar y seguimos como si nada. A veces cuando le cuento sobre mis
fracasos amorosos y las vueltas y oportunidades que doy, se pone un poco
hostil, algunas personas me dicen que son celos, yo no les creo, desecho la
idea por completo, es más conveniente para mí.
Sabe detalles de todas mis historias, hasta las vivencias freakies que he tenido acá en Santiago
(y esas sí que no las sabe ni las sabrá nadie)
Él es a quien llamaba cuando me pasaban cosas buenas y
malas, y es el que llegaba a mi puerta con un traguito, pañuelos y oídos para
escuchar. Es el quien me reta cuando estoy haciendo estupideces, aunque sabe
que no escucharé sus palabras y seguiré adelante con mi estupidez, y con gran
paciencia vuelve a escucharme y poner el hombro cuando producto de esas
estupideces vuelvo a llamarlo llorando.
Y últimamente, no puede creer cuando le vuelvo a decir…
- - El Bruno volvió…
- Un poco aburrido me dice – Que vas a hacer?
- - Caeré
de nuevo como una estúpida.
Solo ha vuelto a tener fe en mí, porque en las últimas
apariciones de este personaje le cuento el nuevo desastre riendo, antes era
entre lágrimas.
Y aún no sabe que ayer volvió a hablarme, el sábado lo veré,
aún no se lo cuento, me resisto un poco, pero no logró mantener el secreto,
debo contárselo y soportar su justificado enojo.
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